La melodía de Marle Capítulo I: La playa

12:16:00




Capítulo I

La Playa



La Playa de Aldahir  se encontraba en completa calma, sus aguas plácidas aunque oscuras reflejaban las dos lunas que alumbraban la noche. La brisa fresca que provenía desde el centro mismo de Lugha, un inmensurable océano, parecía acompañar con suaves movimientos las notas de una flauta lejana.


Un joven alto y delgado de larga cabellera se había detenido junto a esta playa, hipnotizado por  una melodía lejana, tan familiar que apenas podía contener los  recuerdos que luchaban por desbordar como olas de una tempestad. Las cuevas que se escondían en los alrededores amplificaban el sonido haciendo imposible identificar de donde provenía la música.


Marle, el joven caballero, sacó con lentitud una  flauta plateada diminuta de su alforja, la observó conteniendo lágrimas, había recorrido un largo camino, poblado tras poblado, desgastando sus pasos siempre detrás de ella, y finalmente estaba ahí al alcance de sus brazos, pero escondida en la oscuridad una vez más. 

Tocó  suavemente la flauta tratando de igualar las notas que bailaban en su mente.  Pretendía llamarla, esperaba que ella pudiera escuchar esa melodía tan querida para él, y lo recordaría todo. Pero a pesar de todos los deseos que impregnaban el aire, pronto aquella música que lo llenaba de esperanza, se extinguió, ni un suspiro, nada, soledad y viento.


Su caballo impaciente presentía el final de la tensa calma. Golpeaba la arena exigiéndole a su amo que se marchasen de allí. Ojalá y lo hubiera escuchado antes pues la arena dorada de la playa empezó a levantarse llevándose todo por delante, un brazo enorme, monstruoso, trataba de capturar también a Marle, quien veía  con desesperación como se perdía su caballo en medio de un vórtice de arena insaciable.


- ¿Esto es lo que quieres? ¿De verdad vas a obligarme a matarte? - Gritó con toda la fuerza que le quedaba.


El deseo de vivir, hizo que Marle corriera para salvarse, “vivir para pelear otro día” solía decir su abuelo, vivir para recuperar su mundo, diría Marle. 


Los estruendosos rugidos de la montaña de arena devorando a su compañero de viaje se iban acallando detrás de él. Su corazón acelerado fue calmándose y sus apresurados pasos se convirtieron en un eco solitario.


La noche y su silencio lo cubrían todo menos los  cansados pasos de un hombre  solo y sin dirección.


- Estaba tan cerca- Se lamentaba.


-¿Cerca de qué?- Una Endi muy pequeña había estado siguiendo al caminante en silencio.


Los Endi eran una raza amigable, de carácter alegre y hasta gracioso,  siempre y cuando se mantuvieran calmados y fríos. Eran hijos del volcán Endir y como era de esperarse habían heredado su temperamento.


- No quiero problemas. Si buscas comida solo puedo ofrecerte algo de pan duro y agua- le contestó Marle evadiendo su compañía. La pequeña no imaginaba que era aquello a lo que llamaba pan duro y porque despreciaba ese humano insensato los alimentos. 

La Endi olfateaba el camino hasta que se paralizó por un aroma desagradable casi nauseabundo.


- ¡Detente! una hija del mar estuvo aquí, ¡apesta a pescado podrido! -  el joven sorprendido giro hacia la criatura - ¿hija del mar? ¿De verdad crees en esos cuentos?- se apresuró a contestarle, mordiendo el labio para que la curiosa criatura no percibiera su inquietud.


Su conversación fue interrumpida por las manos heladas de una mujer de piel azul, ojos profundos, colmillos y garras aterradores. El joven se había quedado mudo. Ahí estaba después de tantos años,  la había encontrado. Pero ella parecía mirarlo sin reconocerlo. 


- ¡Kendria! - Exclamó tratando de obligarla a recordar, retenerla a su lado de alguna manera.


Pero las arenas de la playa los habían seguido silenciosamente. Aquella montaña de arena recobró su poderoso tamaño cayendo con toda su fuerza sobre ellos.


Los gritos se ahogaron en medio de la avalancha de arena y tierra que los engullía mientras la pequeña Endi se escondía. La montaña viva de arena creyó haber logrado su objetivo destruyendo al humano intruso y se alejo llevando con la delicadeza de un tesoro a la  hija del mar.


Marle había quedado inconsciente, el poderoso golpe le había arrebatado una vez más a la razón de su búsqueda y algo más, su pequeña flauta plateada. Poco después despertó buscando a Kendria, pero fue en vano. La hábil Endi salió de su escondite ofreciéndose a llevar a su nuevo amigo a un lugar seguro, lejos de los gigantes de arena y los apestosos hijos del mar.


Ambos se alejaron de la playa traicionera y fueron entrando a un pequeño poblado de humanos, algunas construcciones de piedra resistían los embates del tiempo y la sal del océano. Sus habitantes menos fuertes llevaban marcado en el rostro el cansancio de sus luchas.


Una pequeña posada se encontraba abierta a pesar de que la noche estaba muy avanzada. Un oxidado cartel de latón se movía a la par del viento golpeando las paredes carcomidas del lugar. Marle se había acostumbrado a lugares similares durante su viaje, pero la Endi que lo acompañaba podría ser un problema, no conocía las costumbres humanas y menos las suspicacias y desconfianza que esa raza  convertía con facilidad en miedo y odio.


No les quedaba otro camino, debían descansar, necesitaban alimentos y abastecerse para ir detrás de la hija del mar. Se aventuraron en la humilde posada esperando pasar inadvertidos, cubiertos con amplias capas. Adentro un cansando cantinero los recibió con una clara desconfianza, los viajeros se encontraron rodeados de miradas acusadoras, aunque no sabían que delito habían podido cometer.

Continuara...

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8 comentarios

  1. No entendí mucho, supongo que es porque es el inicio, pero me gusta mucho tu narrativa, no se siente nada pesada y es atractiva. Te comiste algunas tildes (soy quisquillosa con eso, porque aprendí con sangre a puntuarlas, perdón si te molesta). Éxito en esta ronda, Saludos!

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por leer esta primera parte y gracias por tu comentario, claro que no me molesta, ya lo corregí gracias a ti, besos

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  2. Fantasía y un buen derroche de imaginación. Deseando leer la segunda parte.
    Muchas gracias por seguirme, yo voy a hacerlo a partir de ahora. TERESA.

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  3. Buen relato fantástico!! Ya espero la segunda parte! :)

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  4. Un estupendo texto! Veremos que tal la segunda parte! :-)

    Un saludo!

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  5. ¡Hola! Me ha gustado muchísimo el primer capítulo de La Playa! Estoy deseando leer más.

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